El Internet de las cosas (IoT) es una de las tendencias más importantes del siglo 21 y está destinada a cambiar nuestro negocio y nuestros mercados.
Las aplicaciones de IoT han estado presentes durante más tiempo en el campo industrial, lo que ha llevado al surgimiento de la Internet industrial de las cosas (IIoT).
IIoT es el área del IoT en mayor auge y prominencia, con avances relacionados con la automatización y la robótica. Esto es gracias a la innovación que están experimentando los sistemas de producción con la adopción de la Industria 4.0.
Con esta cuarta revolución industrial, hemos dejado de separar empresas en aquellas que solo hacen servicios y otras que solo se ocupan de productos. En cambio, ahora existe una unión de lo físico con lo digital (llamado “Phygital”), que permite a todos aquellos que tienen el coraje, la audacia y las habilidades para comenzar a usar la tecnología de IoT para imaginar un mundo diferente.
Por lo tanto, el IoT no concierne exclusivamente a quienes se ocupan de productos, sino que puede involucrar a cualquier profesional y profesión. Si conoce la base tecnológica de IoT, tiene la posibilidad de crear imágenes de nuevos servicios y nuevos productos útiles para comercializar.
El análisis de la producción va acompañado de un cambio radical que dota de identidad digital a estos “productos inteligentes conectados”, dando la posibilidad de conocer las necesidades de los clientes y consecuentemente tener las herramientas para proponer nuevos servicios útiles para apoyar estos productos.
Intentaré explicarme mejor informando un ejemplo clásico de IoT, a saber: Google Home o Alexa. Ambos son una parte integral de la vida cotidiana de muchas personas.
A menudo el uso de Alexa y Google Home, y creo que es tremendamente fascinante poder comunicarme directamente con una caja de plástico que sigue mis comandos al pie de la letra, facilitando pequeños gestos útiles.
Por ejemplo, al usar comandos de voz con Google Home para encender y apagar las luces, podemos pensar que el diálogo se produce de máquina a máquina y de dispositivo a dispositivo a través de bluetooth u otros medios tecnológicos. Sin embargo, lo fascinante es que este complejo proceso tecnológico tiene la posibilidad de pasar servicios a través de la nube.
Esto permite que las empresas comprendan los comportamientos de los usuarios y sus necesidades, accediendo a información que antes estaba oculta, si no invisible, al mercado.
El propósito mismo del IoT, y la prerrogativa de su utilidad, es que puede recopilar, procesar y analizar grandes cantidades de big data en tiempo real.
De hecho, también se ha producido un cambio importante y radical en el marketing. Gracias a estas tecnologías, las empresas pueden tener datos de ventas en tiempo real, saber dónde y cómo se compran sus productos y recibir retroalimentación inmediata de los clientes. El resultado es una planificación estratégica en tiempo real, compuesta por ajustes continuos y constantes. IoT es el punto de partida para la creación de productos conectados, es decir, objetos que interconectan su capacidad para detectar información contextual. De hecho, si los productos conectados se alinean con los sistemas de producción desde la fase de creación del producto, posteriormente permiten que los propios procesos se modifiquen de acuerdo con las necesidades reales del cliente.
De esta forma, pasamos de productos conectados a productos inteligentes, en los que se suma inteligencia a la interconexión. Con una red de productos inteligentes e interconectados, es posible crear nuevos servicios de valor para los usuarios. Por ejemplo, las marcas pueden aprovechar este nuevo canal de comunicación para relacionarse con quienes poseen y usan las cosas para personalizar las ofertas. La gestión de clientes y el servicio posventa también pueden contextualizarse y personalizarse más para el consumidor individual.
Según los expertos en marketing, los futuros consumidores estarán cada vez menos dispuestos a escribir sus solicitudes en un dispositivo y estarán cada vez más convencidos de que sus necesidades deben entenderse y satisfacerse de inmediato.
Las cosas inteligentes llevarán a los consumidores a nuevos hábitos y cultivarán nuevas expectativas. Del mismo modo, el IoT permite una publicidad más inteligente y dirigida: mensajes útiles y relevantes, alineados con el perfil del consumidor, los comportamientos y las compras realizadas anteriormente.
En conclusión, esto demuestra cómo se puede aplicar IoT a otras disciplinas empresariales, dando una posibilidad real de crecimiento y posibilitando la creación de nuevos productos y nuevos servicios.
Francesca Panceri es ingeniera de ventas en Autoware, miembro certificado de la Asociación de Integradores de Sistemas de Control (CSIA). Para obtener más información sobre Autoware, visite su perfil en Industrial Automation Exchange.
Referencia: https://www.mundopmmi.com/